7 de abril de 2014

EL DIFÍCIL CAMINO DE LA REELECCIÓN

Me temo que, como van las cosas, la campaña reeleccionista del presidente Santos transita, inexorablemente, hacia una contundente derrota. Existe la sensación de que sus estrategas están haciendo todo lo posible para hundirla sin remedio.

1. Por su actitud frente a la situación del alcalde Petro, porque: 1.1. Se trataba de una decisión temporal impuesta por un organismo internacional que tiene, como única función, garantizar derechos humanos. 1.2. Se manda un pésimo mensaje a la comunidad internacional cuando un presidente desatiende las medidas cautelares dictadas en favor de un hombre que se reintegró a la institucionalidad, después de un proceso de paz; que cumplió los compromisos adquiridos durante esa negociación; que se sometió al veredicto de las urnas, y que se desempeñaba como alcalde de la capital de la República, cuando resultó destituido por un Procurador que goza del más alto desprestigio a nivel nacional y de quien se sabe que incurrió en prácticas corruptoras, para hacerse reelegir en el cargo que en la actualidad ostentan. 1.3. Porque no hay duda de que los tratados internacionales ratificados por Colombia hacen parte de la legislación interna del país y son de obligatoria aplicación; por eso los medidas decretadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo oficial perteneciente a la OEA, eran de obligatorio cumplimiento. 1.4. porque en los tratados internacionales ratificados por Colombia existen normas que prohíben que los empleados elegidos por voto popular sean destituidos por funcionarios administrativos, como es el caso de la sanción impuesta por el Procurador General de la Nación.

2. Por la decisión de desacatar la medida cautelar dictada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con lo cual, el presidente Santos le dio gusto a su adversario político más enconado, el senador Álvaro Uribe Vélez, y se echó de enemigo a una de las personas  que mayor aceptación tiene en la opinión pública  -especialmente en la de Bogotá, que tan adversa le fue en los comicios para el Senado-, sellando su ruptura con quien habría podido ser un gran aliado estratégico en su pretensión de ser reelegido a la presidencia.

3. Por la errática estrategia de medios, adoptada por la campaña de la reelección. Si algún concepto tiene vigencia, validez y relevancia en una campaña mediática, es la 'recordación'.  Pues bien, la expresión 'Santos',  que es la que tiene la característica de la recordación, fue desechada por la estrategia de medios de la campaña reeleccionista. Cuando uno pregunta ¿quién es el presidente Colombia? Sin excepción todas las personas interrogadas contestan 'Santos'. No obstante la estrategia de medios de la campaña reeleccionista decidió utilizar la expresión 'Juan Manuel', con lo que se generan graves confusiones a nivel regional.

4. Por la incapacidad que tiene el gobierno para socializar y difundir de manera seria y creíble, los resultados de su gestión. Las cifras macroeconómicas de Colombia marcan indicadores muy buenos: crecimiento de la economía, tasa de desempleo, tasa de inflación, tasa de reducción de la pobreza etc. No obstante, ante la opinión pública, probablemente debido a la gestión de sus detractores, como el senador Álvaro Uribe Vélez, esos indicadores no son coincidentes con la aceptabilidad de la gestión del gobierno del presidente.

5. Por la sensación que da el presidente Santos, de haber dejado colonizar su gobierno por el samperismo, casta política que padece el mayor desprestigio ante la opinión pública colombiana.

6. Menos reciente, pero no menos cierto: durante este gobierno, las bacrim se posicionan como la nueva realidad perversa de Colombia. Y eso, es muy trascendental a la hora de decidir por quien votar para la presidencia de la república.


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